viernes, 16 de noviembre de 2012

A UN AÑO DE LA PARTIDA DE GUIDO FALASCHI, SU RECUERDO VIVE ETERNAMENTE

El 13 de noviembre de 2011 no fue un día común en el automovilismo. Cerca de las 14 el tiempo se detuvo. 
Como partículas de miedo en el aire y la angustia por saber qué pasó en Balcarce se esparció el dolor por todo el circuito. Nadie entendía nada.
Un desafortunado accidente le había costado la vida a Guido Falaschi y había marcado para siempre el corazón de varios pilotos involucrados en él.
Con 22 años, y toda una carrera por delante, con padres que lo amaban, abuelos que lo consentían, una novia que lo apoyaba incondicionalmente y amigos que lo seguían a todas partes... se había ido al cielo Guido, el Príncipe, el Gordo, "mi razón de vivir", según su mamá Graciela. El mismo que se quedaba a tomar la leche en la casa de Franco Vivian y de Mauro Giallombardo cuando fue niño, el mismo que horas antes del accidente había probado con gusto y entusiasmo los ravioles del Pato Juan Manuel Silva. El mismo que miraba con sus ojos de cristal al público que lo aclamaba.
El mismo que ya no está en la tierra, pero sí en el cielo, en el Sol, que aunque no lo veamos siempre está.

ETERNAMENTE GUIDO FALASCHI #16

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