Muchos son los casos donde familias enteras trabajan mancomunada y esforzadamente por el amor al deporte motor, en especial el rally pero estas dos mujeres protagonizan un hecho inédito en el automovilismo argentino porque, además de haber estado nueve meses conectadas a través del cordón umbilical, este binomio patagónico está unido por la adrenalina y la pasión de doble tracción en caminos de tierra.
Así es la historia de Alicia Andrea Reina, de 38 años y actual piloto de Autos de la Clase 3 Light del campeonato argentino de rally, y su hija Florencia Farroni de diecinueve primaveras, única mujer al volante de la promocional A campeonato rionegrino de safari, una especie de cross country.
Alicia está casada con el piloto y reconocido navegante rionegrino Adrián Farroni y se coronó subcampeona de rally hace dos temporadas siendo la primera mujer en ganar una fecha de rally argentino en Salta en 2008 con el recordado Fiat Palio de la N2 con su navegante Gaby Bevilaqua. Este fin de semana fue cuarta en su categoría en el Rally de Río Tercero y metió miedo al pelotón masculino
Asimismo Reina fue la primera mujer en ganar una fecha en la Clase 3 Light. Su hija Florencia Farroni desde muy pequeña siguió los pasos de la familia y se animó a las motos. La única de las dos hijas de la popular rallysta que no se dedica al deporte motor es Carla aunque Alicia asegura que es una muy buena corredora de rally.
En un mano a mano exclusivo con este Blog, ambas pilotos brindaron su visión femenina por una disciplina que dejó de ser un exclusiva del género masculino: “Lo vivimos como algo normal, ya que este tipo de actividades las practicamos desde siempre en familia, igual sabemos que para los demás no sea muy común, para nosotros es normal que todo gire en torno a las carreras, los días anteriores organizamos toda la logística y mecánica mientras que, los días posteriores, analizamos lo hecho compartiéndolo con nuestros sponsors, amigos y gente que nos sigue, a quienes les estamos muy agradecidos”, explicó Alicia, otrora ex tricampeona de karting en 98, 99, y 2000 y corredora de cuatriciclos en el certamen patagónico de safari durante 2002 y 2003.
Por su parte, Flor coincidió con su madre. “Desde chiquita lo vengo viviendo, tanto con mi familia como con mis amigos, siempre fue parte de mi vida, nací con esto y en casa se habla muy poco de otros temas que no sean las carreras, tanto de rally como las de motos, casi todas las cosas que hacemos van en función de los motores, nuestras vacaciones coinciden con las fechas que nos tocan correr y gracias a esto vamos conociendo todo el país”, sostuvo la joven que, radicada en Córdoba donde cursa sus estudios universitarios en Ciencias Económicas, marcha tercera en el campeonato rionegrino de safari.
Mamá Alicia en ningún momento se resistió a que la pequeña Florencia continúe con el legado familiar de los Farroni de dedicarse. “En el caso de Flor, no me fue tan difícil, ya que ella a los ocho años empezó a correr en karting y desde allí las cosas se fueron dando, y el hecho de subirse a una moto fue su propia elección, era lo que mas le gustaba, y si bien no corría, ya desde chica andaba en moto. Quizás no fue lo que mas me gustó porque lo veía como algo riesgoso pero, con el apoyo de su padre, ella sigue adelante sabiendo que cuenta con toda mi contención”.
Florencia Farroni ya se ganó el respeto de sus pares del sexo opuesto que corren en dos ruedas: “En general mi relación con los chicos que participan en mi categoría es muy buena pero a la hora de competir no dejo de ser uno más, y estoy segura que a muchos no les gusta que una mujer les gane. Varias veces regresaron enojados a sus casas pero en el contexto general mantenemos una buena relación ya sea por facebook o sms y no tenemos diferencias, ellos me hacen sentir muy cómoda”, contó la joven cuyo novio también lleva en la sangre al rally y, según la misma Florencia, “élpractica una disciplina muy parecida en cuatriciclos, muchas veces entrenamos juntos, nos acompañamos mutuamente y la mayoría de mis amigos también me acompañan mucho a entrenar y a las carreras, aunque a algunos de ellos no les gusta mucho. Lamentablemente en mi disciplina soy la única mujer participando, y estaría bueno que fuéramos mas las chicas que se animen”.
A su vez Reina, también se refirió a la relación con los pilotos hombres del campeonato argentino: “El trato que tengo con el resto de los pilotos es muy bueno, en lo personal me siento súper cómoda, me tratan muy bien, pero sin ninguna duda todos me quieren ganar, a ninguno le gusta quedar atrás de una mujer, lo que me dicen a mi siempre me ayuda para seguir creciendo, aunque honestamente me gustaría saber que dicen de mi entre ellos”. Como madre, uno de los sueños de Alicia Reina es que su hija comparta alguna fecha de rally argentino. “Todo lo que hacemos esta pensado para que ella continúe en esta actividad y ojala pueda ser mucho mejor que yo, seria un sueño dado que ella va a tener la posibilidad de comenzar desde muy jovencita y seguro la ayudaría a obtener mejores resultados por el echo de que a su corta edad tiene el ímpetu de la juventud que le da otras posibilidades y perspectivas para aprender”. Uno de los sueños de Florencia, también corredora de MotoCross, será incursionar en el Rally: “Ojalá se me de, no será fácil superar a mama, pero lo voy a intentar y creo que con imitarla ya me alcanzaría. Se muy bien que esto será muy poco común en la historia del automovilismo, ojala lo podamos hacer”, deslizó pícaramente.
No obstante, con vistas a continuar con las fechas de campeonato Argentino de Rally, Reina apunta a la competencia de Goya, la semana próxima e hizo un balance desde su vuelta a la Clase 3 Light este año: “Salvo el tumbo de la Manzana, las cosas se fueron dando según los cálculos, sabíamos que sería fácil. El cambio del Palio N2 a este auto Mitsubishi Evo 9 fue muy brusco y esto llevaría un tiempo de adaptación, aunque si bien son autos fácil de llevar a la vez es muy difícil de llegar a los tiempos de los pilotos con experiencia. Nos entendernos re bien con Federico Centani, mi navegante a quien le estoy muy agradecida por su compromiso y profesionalismo”.
Dos mujeres, una familia, un objetivo y un trabajo sacrificado en el deporte motor que se lleva en la sangre: el rally. Con rubor, labial perfume y la picardía femenina ambas hacen su camino al andar demostrando que no solo saben cocinar y lavar los platos, sino que en los caminos de tierra pueden hacer maniobras espectaculares y ganarle a los hombres como cualquier piloto porque debajo del casco no hay género.
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