Todo aquel castillo de naiulpes cargados de ilusiones y expectativa en torno al debut de José María López en la Fórmula Uno se derrumbó como quien pasa una topadora sobre una pared.La fusión entre los equipos Campos Meta y USF 1 fracasó y las chances del cordobés de ingresar definitivamente a la categoría, cuyo calendario comienza el 14 de marzo en Barhein.
Dada la baja por no haber tenido sus autos a tiempo por parte del USF 1, los cañones ahora apuntan a las negociaciones llevadas a cabo por el periodista Felipe Mc Gough, en el cual la familia de López depositó toda su confianza y dejó en sus manos las tratativas con Bernie Ecclestone y con Peter Windsor para tratar de salvar la butaca que haste hace unas semanas era para él, como piloto Nº2 dos de la fallida escudería. Y para sumarle más cachetazos al golpe, el Campos decidió contratar a un indio ex GP 2, Karum Chandhok y desistió de la idea de incorporar a Pechito, que era del agrado de Adrián Campos, ex titular de la escudería.
Victor Rosso fue otro de los argentinos que intentó reflotar las posibilidades de acercarlo al equipo campos y de convencer a los titulares de dicho equipo y del USF 1 para fusionarlos, pero no prosperó.
Ahora el cordobés espera novedades respecto de lo que podría ser un milagro, porque aún sueña ingresar al menos como tester, función que ejerció durante el 2004-2006 en los teams Williams y Renault. La realidad indica que su padre está muy defraudado con el manejo de su delicada situación y de la posterior frustración, ya que indicó que le habían vendido una butaca inexistente. El Estado aportó 8 millones de dólares y la Top Race 830 mil dólares totalmente en vano, porque lo bajaron de un avión de ilusiones que no lo llevaba a ninguna parte.
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