En 1939 aparecería el primer campeón argentino de TC, Angel Lo Valvo, el mismo que abrió fuego dos años antes como inauguración de la prometedora categoría.
Pasó el tiempo, y se acrecentó la rivalidad entre Ford y Chevrolet, marcas que aún forman parte del folcklore teceistas y que sin ellas la categoría no tendría la magia de su gente y de sus pilotos. Un joven Juan Manuel Fangio (Chevrolet) se consagraba bicampeón en 1940 y 1941 antes de desembarcar en el exitoso periplo Europeo de la F1, que lo viera 5 veces campeòn mundial. 1941 fue el último año antes de que el TC se viera suspendido por la segunda guerra mundial. En 1947 se reanudó la actividad y los hermanos Gálvez comenzaron a arrasar con todo a su paso en las denominadas " Vueltas" y marcaron una era que llevó a Juan a ganar 9 tìtulos y a Oscar 5. Por aquellos años también se destacaban los Rodolfo De Alzaga, Eduardo Rodriguez Larreta, Charly Menditeguy, y los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi, quienes abrieron fuego a la era Cupecita- Galera de los años 60 y ganaron 4 campeonatos en esa dècada. Al mismo tiempo, asomaban los Pairetti, los Perkins, los Cupeiro, los Gradassi, los Di Palma y los Reutemann.
En 1960 se desvía una tangente en la línea de tiempo y ocurre un hecho trascendental que marcará el futuro gremial de la categoría: nació la ACTC. Comenzó como una organización no legalizada, dependiente del ACA, para fiscalizar todo lo que sucedía en torno a la justicia entre los pilotos y a la igualdad para todos. La CDA había prohibido que los corredores repusieran combustible en plena marcha, mediante la recepción de los bidones de sus acompañantes.
Como los pilotos pretendían que esa activadad de reposición fuera legal, se agruparon para formar su propia organización fiscalizadora, al no estar reconocida la categoría por la FIA.
Hacia fines de los 60, aparecieron los Torino, marca que fue un emblema de las pruebas internacionales como la misión en Nürburgring, cuyos abanderados fueron el trío CGT: Cupeiro, Gradassi y Ternengo.
A principios de los años 70 comenzó la diversidad de marcas y de monarcas. No había, a excepción de Héctor Gradassi, un piloto que arrasara con todas las competencias, el éxito se repartió entre varios hombres fuertes que pisaron a fondo el acelerador de la fama, como Nasif Estéfano, Luis Rubén Di Palma, y el muy joven Juan Marìa Traverso.
El flaco de Ramallo marcaría el futuro del éxito y demoledor que se vería en los años 90, década en la que Traverso se llevó todo lo que encontró a su paso: 4 Títulos de TC, varios de TC 200 y también de la incipiente Top Race.
Sin embargo, siguiendo con el croquis histórico, en 1979 se produciría un quiebre fundamental en la historia del Turismo Carretera: la separación de la CDA del ACA, por el nacimiento de una nueva competencia que se robaría las miradas de los 80, el TC 2000. Sin miedo al quiebre y a las con secuencias que podía generar, la ACTC siguió como una entidad autárquica e independiente y es la única junto al Top Race que aún no logró el reconocimiento de la FIA.
Ya en la década del 80, fue la era insuperable e invulnerable de Dodge, donde los autos que también hacían estragos con Pianetto en el TC 2000, se llevaban todo en el TC con pilotos como Martinez Boero, Roberto Mouras y Oscar Castellano. Los 90 vieron el crecimiento de jovenes pilotos trtascendentes como Guillermo Ortelli, Jaun Manuel Silva, Gabriel Ponce De León y un adolescente Mariano Altuna, así como también marcaría el final en 1997 de los certámenes en ruta, en la Vuelta de Santa Teresita.
En la actualidad, el pasado el presente y el futuro se combinan para seguir haciendo grande ala categoría y para que la tecnología, más allá del trabajo en equipos, mantenga el espíritu aventurero de los inicios y la comunidad familiar de siempre. Un detalle a destacar, el TC es la categoría record Guiness por excelencia, dado que es la más antigua del mundo. Fue la primera categoría automovilística y así supero a la NASCAR (1948) MOTO GP (1949), WRC (1979) FORMULA UNO (1950), INDY CAR (1979) TC 2000 (1980) Y DTM (1984).
Asimismo, la carrera mítica BUENOS AIRES CARACAS tuvo un recorrido más extenso que el del Rally Dakar.
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