Un hombre trabajador, familiero, buen colega y luchador inscansable son algunos de los mejores recuerdos que señalan quienes integran el ambiente automovilístico del Turismo Carretera respecto de Guillermo Castellanos, a tres años de su fallecimiento.El piloto de 9 de Julio tenía 40 años cuando falleció el 22 de abril de 2007 en Comodoro Rivadavia luego de una maniobra de desaceleración brusca al colisionar varios autos, entre ellos el de Pedro Dandlen (Dodge), quien sufrió la fractura expuesta de su pierna derecha. Asimismo, pese al grave impacto por la falla del sistema HANS, el copiloto de Castellanos, Carlos Silvestre salió ileso por sus propios medios.
Castellanos había corrido con Chevrolet 17 carreras desde su debut en 2006. Tenía el CRG, su equipo propio, estaba casado y tenía dos hijos pequeños.
Aquel 22 de abril marcó un antes y un después en la categoría respecto de la continuidad de los acompañantes en TC. En el año 2006 habían fallecido el piloto Alberto Noya y su acompañante Gabriel Miller en Rafaela y a partir de la muerte de Castellanos el debate fue precisamente este tema. Finalmente la ACTC resolvió los acompañanates desaparecerán para siempre y también impusieron la utilización de pontones para mayor seguridad.
Durante aquella joranda triste Matías Rossi fue el vencedor de la carrera y lo que podría haber sido un sabor especial por su primer triunfo, se convirtió en el trago más amargo del año en que el piloto de Del Viso fue subcampeón.
Rossi se enteró de la muerte de Castellanos cuando se bajó de su Chevy para saludar al público. No hubo Podio. A esa altura el TC estaba bañado en lágrimas.
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