Los kilómetros iniciales de la jornada fueron de un piso inclemente lleno de piedras, sobre el que las unidades rebotaban constantemente.
El paisaje cambió de golpe poco antes de los últimos 50 kilómetros, donde el desierto de Atacama dio lugar a pronunciadas dunas en las cuales se perdieron muchos competidores. La cantidad de abandonos del día y las tremendas demoras de algunos pilotos que aún no han arribado al vivac reflejan lo complejo de este recorrido.
Después, encontraron con la caja de velocidad trabada a otra pick-up de la misma marca, la de Ariel Jatón, a quien también tiraron unos cuantos kilómetros hasta que no pudieron avanzar más cuesta arriba en la pesada arena.
No obstante estas demoras y de haber llegado más tarde que otros días a la asistencia, el trío de SOS apenas cayó dos puestos en la clasificación general, de 45° a 47° .
“El piso de piedra de la primera parte del día fue un escollo duro de superar por el castigo a las suspensiones y al medio mecánico en general. Ayudamos a Di Palma y a Jatón en lo que estuvo a nuestro alcance antes de concentrarnos en el manejo en las dunas, que eran inmensas. Bajando en dirección al mar, hubo sectores en los que alcanzamos los 140 km/h en la arena”, contó Benítez.
En pocas horas más, Young, Benítez y Lozada deberán despertarse para largar el tramo comprendido entre Iquique y Arica, el extremo más al norte de Chile, en la frontera con Perú, que es el punto más alto del mapa sudamericano que toca el rally este año. Serán 265 kilómetros de enlace y 456 de carrera pura, donde prevalecen las dunas y otros lugares más planos con guadales.
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