El finlandés Jari Matti Latvala se colocó líder en el penúltimo tramo, pero el piloto de Citroën Sebastian Ogier ganó la ultima especial y acabó llevándose el triunfo por dos décimas en el Rally de Jordania.Fue el final más apretado de la Historia del Mundial (hasta ahora eran las siete décimas que separaron a Gronholm de Loeb en el apasionante Rallye de Nueva Zelanda de 2007).
Los retrasos que comportaron la anulación de la primera etapa convirtieron una de las pruebas más pintorescas del calendario en una suerte de rallysprint en el que ganaría el piloto que fuese capaz de coger el mejor ritmo con menos demora. Y, en efecto, el rallye se acabó decidiendo, como los mejores thrillers, poco antes de que apareciese en pantalla el letrero de ‘The End‘.
Ogier se lo jugó todo a una sola carta. El viernes había sido el más rápido, salía por detrás de sus rivales directos por la victoria, pero prefirió dejarse de argucias -tal vez se sintiera aludido al leer la última columna de Antonio Zanini-, mantenerse en primera posición y salir el sábado a limpiar los tramos con una ventaja sobre Loeb y Latvala de medio minuto que se antojaba suficiente. A falta de los cuatro últimos tramos parecía que la jugada, aunque arriesgada, le iba a salir bien a Ogier, pues Latvala, que se colocaba segundo por delante de Loeb, le recortaba una quincena de segundos en la primera vuelta, el terreno donde más tiempo podía perder el francés, que dejaban su ventaja en 18″9 a falta de la segunda pasada por esas cuatro especiales, donde en teoría debía ser Ogier quien saliese beneficiado.
Comenzaba el tramo. Los pilotos iban llegando uno tras otro a la meta. Latvala lo daba todo, pero llegaba al final por detrás de Hirvonen y Loeb. Un puñado de décimas de segundo decidirían el nombre del ganador. Las cámaras de televisión aguardaban el gran momento. Ogier negociaba las últimas curvas, cruzaba la línea de meta, el cronómetro se paraba, y decidía concederle la gloria. El francés ganaba el tramo y se adjudicaba su segunda victoria consecutiva por dos décimas de segundo que marcaban la diferencia entre la felicidad y la frustración. El esquiador de Gap levantaba los brazos al cielo, parecía querer dar las gracias a Quesnel por la fe -ciega o no- depositada en él, sonreía en un gesto de gozo infinito, uno de esos momentos dulces que dan sentido a nuestras vidas.
El nº2 de Citroën ya tiene una perla más en su cuenta de resultados. Esta vez no ha tenido que vérselas con Loeb: ha sido superior a él desde el principio. En esta ocasión se ha tenido que medir con el pilotaje puro y el coraje de un talento natural como Latvala, y también consigo mismo, con el miedo al error. Y ha ganado las dos batallas. Ya está tercero del Mundial, a tres puntos de Hirvonen y a cinco de “Seb”. Este fin de semana Ogier ha predicado a los cuatro vientos que va a por los galones de Campeón del Mundo.
El Coyote Villagra Superó en el 1° especial del día al local Al Qassimi, mantuvo sólidamente su 8° puesto y luego se vió beneficiado del abandono de Solberg, trepando hasta el 7° lugar sumando 6pt para el campeonato de pilotos.
GENTILEZA PRENSA RALLY ARGENTINO
No hay comentarios:
Publicar un comentario