No sería descabellado pensar que la historia de Gabriel y Ailén Porta termine siendo como la de la familia Urretavizcaya, pilotos de alma y de profesión, oriundos de Chacabuco. Tal como lo son los protagonistas de esta nota son padre e hija unidos por la pasión del automovilismo.Ambos comparten el amor por los fierros y tienen sueños en común, aunque todo acorde a la edad de cada uno y a perspectiva de futuro. En el caso de Ailén, de 15 años, su meta es convertirse en piloto de Kart (categoría escuela del automovilismo nacional), donde ya probó una unidad, con motor nuevo y butaca disponible, pero el único problema que se le interpone en su objetivo es el dinero, ya que para ocupar una plaza en el Kart necesita mucha cantidad y no abundan los auspiciantes que quieran patrocinarla.
Su historia se construye con mucho esfuerzo, porque paralelamente al automovilismo, Ailen cursa el secundario en la Escuela N4 y fue abanderada nacional en los últimos tres años con notas excelentes, al tiempo en que probaba kartings zonales asiduamente sin descuidar su escolaridad.
Aunque a nada se intenta si no se tiene el apoyo de un ser querido, y su padre Gabriel ha estado muy presente, inclusive para cumplir un sueño pendiente suyo: ser piloto. Este año el papá de Ailén compitió en la Fórmula 4 como corredor invitado de Emanuel Lloret solo una carrera, nada más y nada menos que en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez hace pocos días. Si bien la performance no fue de la mejor (terminaron en los últimos lugares) debido a un problema técnico, la familia Porta quedó contentísima, porque supieron terminar la carrera y pasar la bandera a cuadros. “Era un sueño para nosotros el hecho de al menos formar parte de un equipo de Fórmula 4 por un día y todo resultó gracias a Emanuel Lloret, quien invitó a mi papá y confió en él para esta carrera”, contó una emocionada Ailén.
Cabe destacar la amistad que ella mantiene con el piloto y en la vital importancia de la competencia, ya que en esa carrera especial, los Porta compartieron escenario compitieron contra pilotos de primera línea como Juan Martín Trucco, Franco Vivian, Martín Serrano y Francisco Troncoso, quienes brillan en la Fórmula Renault y en el TC Pista.
En cuanto a Gabriel, el papá de Ailén, con 36 años, es comerciante y tiene como máximo sueño llegar a la Fórmula 4- donde hay gestiones para correr pero no le alcanza el dinero- o al TC Pista Moura, categoría en la cual le ofrecieron un auto preparado por Jorge Alifraco, pero los costos están fuera de su alcance. Pero no se rinden, buscan sponsors, apoyo y consejos de su amigo Federico Pérez, actual TC Pista y oriundo de Chacabuco.
En cuanto, al futuro de la niña, admiradora de Violeta Pernice y Dánica Patrick, a quienes tiene como referentes, planea venir a Buenos Aires cuando termine el colegio a estudiar periodismo Deportivo y apostar todo a su carrera como piloto profesional en alguna categoría. Y así sumarse al batallón femenino fierrero que cada vez es más grande. Su padre siempre la acompañará, buscando él cumplir el anhelo de competir regularmente. ¿Y por que no? Los sueños pueden cumplirse, aunque sin esfuerzo nada se consigue y ellos hacen todo lo posible por lograrlo. Dentro de un tiempo, quizás ellos escriban una historia similar a los de sus coterráneos los Urretavizcaya, donde Roberto y Tomás comparten grilla en el Turismo Carretera, pero esta será su propia historia.
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