Si se habla de un piloto de automovilismo que se anotó alguna vez para correr en karting sin muchos conocimientos, y fue el primero de la lista y ganador del concurso, y que además tiene mucho ímpetu, ése es Christian Ledesma.
El mismo que muchos años después, como piloto profesional dijo declaraciones periodísticas al semanario Corsa: “Yo salgo para no volver, es mi vida, siempre fui igual y eso la gente no lo entiende. Corro porque quiero ganar, lo llevo en la sangre y es mi pasión”.
Entonces, podría pensarse en un hombre con nervio de acero, dispuesto a todo y mucho más. Pero detrás de ese piloto que sube a un auto y se transforma, hay otro ser humano, distinto, inquieto, divertido, familiero, y según los allegados al monarca de TC en 2007 y otrora campeón de TC 2000 en 2004 dicen que es un cocinero ingenioso, amante de las picadas y el asado, además de saber saborear un buen vino.
Con todo, Ledesma no tiene apodo ni en su casa, ni en las pistas.
Vivir en su Mar del Plata natal no lo cambia por nada en el mundo, al punto de que considera que en Buenos Aires sus hijos –frutos de su matrimonio con Jackeline Bianchi, su novia de toda la vida- no tendrían la misma crianza que si vieran cada día el mar.
Su historia es singular. De padre taxista y madre ama de casa, el casamiento de su hermano Jonathan marcó un quiebre cuando Christian apenas tenía 11 años y no sólo había decaído su nivel escolar, su ánimo también.
Fue allí cuando su mamá, Vilma, decidió enviarlo al psicólogo, y el profesional le aconsejó la práctica de algún deporte. Probó con el fútbol y descubrió que no era lo suyo.
Sólo fue parte de su juventud el vóleibol, y luego apareció el automovilismo.
Entre el taller mecánico de su hermano Jonnhy y el primer karting, comprado por la familia con mucho esfuerzo, estuvieron las claves para comenzar a gestar a un corredor que luego demostraría aprendizaje, ganas y valor.
Pero los tiempos pusieron sus pruebas: Christian Ledesma, quien se llama así en homenaje al cirujano sudafricano Christian Barnard – el primero que realizó un transplante de corazón en un ser humano-, supo ser en su juventud mozo en el restaurante “Manolo” de Mar del Plata e instalador de alarmas en el Puerto.
Un detalle de sus comienzos fue que aquel concurso de karting organizado por el ex campeón de TC 2000 en 1985, Rubén Daray, llevaría casi dos décadas después a Ledesma a convertirse en el heredero del ex piloto, hoy conductor del programa “A todo motor”.
Tal vez el hecho que pinta de cuerpo entero a Christian Ledesma fue la muerte de su padre, Omar, hace 9 años, previo a una carrera de TC 2000 en Río Cuarto, Córdoba, en la cual Marcos Di Palma lo llevó en su avión al velatorio, junto a Marcelo Bugliotti. Luego regresaron sobre la hora de la prueba y Ledesma ganó, por lo que se quebró en el podio y entre lágrimas le dedicó el triunfo a su fallecido padre.
El marplatense, en las entrevistas, siempre recuerda aquel momento: “Corrí porque mi viejo así lo hubiese deseado, pero fue un golpe durísimo”. Porque la pasión es más fuerte, sumado al detalle constante, exigencia personal, humildad en todos sus actos como profesional y en la vida diaria, según sus propias palabras, las de sus familiares y colegas.
Christian Ledesma : éxitos e hijos van de la mano
A los 36 años, Ledesma no tiene demasiados títulos en el automovilismo, pero hay dos muy importantes, que los logró en circunstancias particulares de su vida.
En 2004 fue campeón de Turismo Competición 2000 (Chevrolet Pro Racing), al tiempo que ese año nació su hijo Franco.
En 2007 logró el campeonato de Turismo Carretera (Chevrolet del equipo HAZ Racing Team) tres fechas antes de que culminara el calendario, mientras había llegado al mundo su segundo hijo, Luca.
También consiguió los campeonatos de Fórmula Honda en 1995, y de Fórmula Súper Renault en 1996. Además, corrió en la Fórmula 3000 Internacional y en la Fórmula 3 Sudamericana.
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