DAKAR EN PERÚ: MÁS DURO DE LO QUE CREÍAN Y LO MÁS PARECIDO A AFRICA

La aridez africana y las dunas traicioneras que retan a los corredores volvieron al rally Dakar en el sur de Perú, donde los pilotos, que por primera vez pisaban ese territorio, hallaron una dureza que no enfrentaban desde que abandonaron el trayecto africano.

Tradicionalmente se decía entre los participantes que "el verdadero Dakar" comenzaba cuando los vehículos se adentraban en el cálido desierto de Mauritania, pero desde que en 2007 dejaron África no habían encontrado una superficie tan característica de esta prueba como la que en esta edición han bregado en Perú.
Prueba de ello es que el francés Cyril Désprés y su compatriota Stéphane Peterhansel no coincidían en el primer lugar del podio en motos y coches, respectivamente, desde la última edición que se disputó en el continente africano.
Fueron 3 etapas por el sur del territorio peruano donde los corredores se trasladaron por momentos a las dunas del Sahara, que exigen una pericia máxima para no quedarse clavado en sus crestas, que encierran pendientes desconocidas antes de abordarlas.
El segundo en la clasificación general de motos, el español Marc Coma, reconoció que el paso del Dakar por Perú "ha sido un gran descubrimiento" y lo calificó como "el complemento que le faltaba a la prueba en Suramérica, más desierto, más dunas e incluso más dureza".
"Argentina ya lo conocemos y el desierto de Atacama en Chile también. Hubo días en Argentina más duros de lo que se creía por el calor. Quizás en Chile bajó un poco la dificultad y en Perú subió muchísimo", rememoró.

Uno de ellos fue el estadounidense Robby Gordon al que el terreno inhóspito y repleto de baches y trampas le jugó una mala pasada en la suspensión de su Hummer.
Al día siguiente los competidores pudieron correr sobre la arena de las playas del Pacífico antes de volver al interior y encontrarse con un terreno arenoso que se empezó a cobrar las primeras víctimas, como el portugués Dos Santos, quien encalló su Mini en un paisaje de arena fina y roca más propio de Marte.
Y entre tanta extensión desértica, los pilotos dibujaron sobre las secas llanuras de las Pampas de Jumana el trazo de sus neumáticos al lado de las líneas de Nazca, donde sus figuras impertérritas ante el paso del tiempo resguardaron con su misticismo el paso fugaz de los competidores hacia la meta.
El último paso previo a enfilar la ruta hacia la plaza de Armas de Lima se enmarcó entre Nasca y Pisco, en una etapa que agradó a Despres hasta el punto de afirmar que hacía años que no disfrutaba tanto en una etapa del Dakar.
Allí el español 'Nani' Roma se quedó enganchado y perdió sus posibilidades de batir a Peterhansel, justo antes de enfilar el camino hacia Lima.
Así los campeones sustituyeron este año su tradicional coronación a orillas del Lago Rosa (Senegal) por una ceremonia en el centro de "la ciudad de los reyes", punto rebosante de historia y lugar de partida de expediciones que en siglos anteriores recorrieron el continente y los paisajes por lo que discurrieron estos pilotos.
Ante la previsión de que Lima sea el punto de partida de la próxima edición del rally, los pilotos deberán realizar este viaje a la inversa para trasladarse hacia Chile, y entonces "el verdadero Dakar", con su grado más alto de dureza, comenzará nada más abandonen la capital peruana.